IMPACTO DE LA MICROBIOTA INTESTINAL EN LA DIABETES (2ª PARTE)

  1. El metabolismo de los carbohidratos por la microbiota intestinal contribuye al desarrollo de Diabetes tipo 2

Los estudios encaminados a investigar la relación de la microbiota intestinal con el desarrollo de enfermedades metabólicas como la Diabetes Tipo 2 (DT2), u otras como la obesidad, tienen un triple abordaje: la acción de microbiota intestinal, su influencia en el sistema inmunológico y, por otro lado, en el metabolismo de la glucosa (ver Figura 2): 

a. La microbiota provoca la producción de diversos metabolitos que afectan a la síntesis de la glucosa. Cuando se observan niveles elevados de glucosa, cambia la permeabilidad intestinal produciendo un traspaso de bacterias al torrente sanguíneo (lo que se denomina translocación bacteriana). Además, aunque las bacterias y el sistema inmunológico están en equilibrio en condiciones normales, la migración de estas bacterias a través de la barrera intestinal da como resultado una respuesta inflamatoria que desencadena un aumento de la actividad inmune.

b. Las bacterias no pueden cruzar la barrera intestinal gracias al mantenimiento de su integridad por parte del sistema inmunológico. La migración de bacterias puede desencadenar una respuesta inflamatoria que provocaría modificaciones en los tejidos (por aumento de la permeabilidad de la barrera intestinal), incluido el desarrollo de resistencia a la insulina o la disfunción en las células beta pancreáticas, así como trastornos hepáticos (hígado graso)

c. El metabolismo de la glucosa puede conducir a una respuesta inmune alterada al interactuar con vías metabólicas e inflamatorias.

La “inflamación metabólica de bajo grado” o metainflamación, identificada recientemente, puede provocar resistencia a la insulina y provocar el desarrollo de diabetes tipo2. Esta inflamación se caracteriza por la presencia de moléculas inflamatorias en el torrente sanguíneo, que afectan negativamente al metabolismo. 

Las personas que padecen DM2 también pueden presentar síntomas de disbiosis intestinal (microbiota intestinal alterada con poblaciones bacterianas atípicas expandidas y poblaciones esenciales reducidas). Personas diagnosticados con DT2 exhiben tasas más altas de bacterias inflamatorias como Escherichia coli en comparación con cepas antiinflamatorias que producen ácidos grasos de cadena corta como el butirato (esenciales para mantener el ambiente antinflamatorio), como Faecalibacterium prausnitziI o Roseburia intestinalis. Se encontró que la investigación sobre la transmisión de la microbiota intestinal y productos de sujetos sanos que mantienen estas dos especies bacterianas mejoró en 444 pacientes con enfermedades metabólicas y en casi 4500 redujeron la resistencia a la insulina. La evidencia sugiere que la prevalencia de bacterias proinflamatorias en la DT2 puede ser responsable de la metainflamación presente en las enfermedades metabólicas.  

  1. ¿Qué hacer para mantener una microbiota saludable?

El impacto del estilo de vida en la salud es bien conocido. Recientemente, los estudios han demostrado que este impacto también se puede observar a través de cambios en la microbiota intestinal debidos a nuestro estilo de vida. Una dieta saludable combinada con ejercicio juega un papel importante en el mantenimiento de una microbiota saludable, ya que ésta afecta el funcionamiento de todo el cuerpo. Los estudios sobre ambos factores han sido escasos hasta ahora. El estudio de dietas y actividad física individualizadas requiere investigación adicional. Hay, sin embargo, evidencia para poner en práctica y conseguir una microbiota más saludable.

  1. El consumo de grasas saturadas puede provocar una disminución de la diversidad microbiana y de la proliferación de bacterias protectoras, así como un aumento de la permeabilidad intestinal, lo que favorece los lipopolisacáridos que causan inflamación sistémica por lo que es recomendable reducir su consumo. 
  2. Aumentar la ingesta de fibra; tanto la fibra soluble como la insoluble promueven la presencia de bacterias beneficiosas como Bifidobacterium y especies de Roseburia y Faecalibacterium prautznii en el microbioma intestinal, al tiempo que reducen la presencia de bacterias patógenas como Escherichia coli, Salmonella y Listeria spp. Además, la ingesta de fibra aumenta la producción de ácidos grasos de cadena corta (AGCC), que tienen diversos beneficios, como proporcionar energía a los colonocitos (células que recubren la pared del colón y cuya principal función es la de hacer de barrera y evitar que los microorganismos patógenos o los antígenos pasen a la circulación), prevenir el cáncer de colon y controlar el metabolismo de las grasas. Seguir la Dieta Mediterránea puede ser una buena manera de introducir cambios beneficiosos en el patrón nutricional. Entre los muchos beneficios para la salud de esta dieta se pueden destacar el tipo específico de grasa (aceite de oliva, pescado y frutos secos), la proporción de nutrientes clave en sus recetas (comida y carne o carne o cereales o vegetales) y el aporte de una gran cantidad de micronutrientes gracias a las verduras de temporada y el uso de hierbas aromáticas y especias. 
  3. Aumentar la actividad física: aunque existen muchos mecanismos por los cuales el ejercicio puede alterar la microbiota intestinal, hasta la fecha existen pocos estudios que demuestren esta relación. La investigación en animales indica que el ejercicio puede mejorar la abundancia de bacterias beneficiosas y la diversidad bacteriana, pero está sujeto a variaciones individuales en su estado fisiológico y dieta. La investigación en humanos es menos común y todavía hay factores que no se han explorado completamente. Uno de los primeros estudios observacionales realizados para determinar la conexión entre los cambios en la microbiota y el ejercicio se realizó en jugadores de rugby profesionales. Aunque éstos mostraron tener niveles similares de microbiota a los del grupo de no profesionales, sí se detectó un aumento de la diversidad. Sin embargo, la dieta de jugadores de rugby era más rica en proteínas que la de los controles, por lo que no se pudo distinguir claramente el efecto del ejercicio sobre la microbiota. Realiza un poco de ejercicio de manera regular. La actividad física regular No vale con ir a correr un día y no volver hasta dentro de 15 días…Intentemos dormir al menos siete horas, que es la cantidad diaria óptima recomendada para gozar de buena salud, sobre todo a partir de los 40 años.
  4. Otra área de estudio se centra en mejorar el manejo de la microbiota a través de la toma de probióticos, entre los que cabe destacar la exploración del potencial del filo Akkermansia muciniphila y sus bacterias. También se están investigando sobre la afectación de la microbiológica fecal en pacientes con DT2.  Este procedimiento implica la transferencia de microbiota de un donante sano al paciente, restaurando la diversidad de la población bacteriana intestinal y así un nuevo mecanismo para controlar la respuesta inflamatoria en la DT2. 

REFERENCIAS

Rosell-Mases, E., Santiago, A., Corral-Pujol, M. et al. Mutual modulation of gut microbiota and the immune system in type 1 diabetes models. Nat Commun 14, 7770 (2023). https://doi.org/10.1038/s41467-023-43652-x

Crudele L, Gadaleta RM, Cariello M, Moschetta A. Gut microbiota in the pathogenesis and therapeutic approaches of diabetes. EBioMedicine. 2023 Nov;97:104821. doi: 10.1016/j.ebiom.2023.104821. Epub 2023 Oct 5. PMID: 37804567; PMCID: PMC10570704.

https://www.revistadiabetes.org/tratamiento/inflamacion-y-microbiota-su-influencia-en-la-diabetes/

Nutrición hospitalaria: Organo oficial de la Sociedad española de nutrición parenteral y enteral, ISSN 0212-1611, ISSN-e 1699-5198, Vol. 36, Nº. Extra 3 (Julio), 2019 (Ejemplar dedicado a: Sextas Jornadas UCM-ASEN “Nutrición y alimentación. Nuevas alternativas en la promoción de la salud” Madrid 20 y 21 de febrero de 2019), págs. 35-39