Breve historia de la insulina inhalada
La insulina inhalada se plantea como una alternativa prometedora a las inyecciones subcutáneas para el tratamiento de la diabetes. Esta forma de administración intenta imitar de manera más fisiológica la liberación de insulina tras las comidas, ofreciendo un inicio de acción más rápido y evitando el uso de agujas. La idea de administrar insulina por vía pulmonar surgió hace décadas, pero su desarrollo ha enfrentado numerosos desafíos técnicos y clínicos. El primer intento comercial fue Exubera®, aprobada en 2006 por la Agencia Americana de Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA por sus siglas en inglés) Sin embargo, su uso fue muy breve debido a su gran tamaño, complejidad de uso, coste elevado y dudas sobre su seguridad a nivel pulmonar.
Años más tarde, Afrezza®, desarrollada por MannKind y aprobada en 2014, relanzó la idea con un dispositivo compacto, una formulación más eficiente y una dosificación simplificada. Sin embargo, a pesar de estas mejoras tecnológicas, la adopción de Afrezza ha sido modesta. En la actualidad, su disponibilidad comercial es limitada a pocos países (EE. UU., Brasil, entre otros), y no está aprobada en Europa por la EMA (Agencia Europea del Medicamento)
Mecanismo de acción
El pulmón es una vía de administración atractiva para la insulina por su gran superficie de absorción y su red capilar abundante. Al inhalar insulina en forma de polvo muy fino, las partículas alcanzan los alvéolos pulmonares, donde la insulina atraviesa rápidamente el epitelio pulmonar (muy delgado) y pasa a la circulación sanguínea. A diferencia de la vía oral (donde la insulina se degradaría en el sistema digestivo) o de la subcutánea (donde tarda más en absorberse), la vía inhalada permite que la insulina llegue a la sangre en cuestión de minutos.
La vía pulmonar ofrece ventajas únicas: gran superficie de absorción, epitelio delgado y rica vascularización que permiten una absorción rápida y directa al torrente sanguíneo, evitando el metabolismo hepático de primer paso. Gracias a este mecanismo, la insulina inhalada tecnosfera se comporta como una insulina ultrarrápida: controla mejor el pico de glucemia posprandial y ofrece flexibilidad en el momento de administrarla, pudiendo tomarse incluso justo al comenzar o inmediatamente después de comer sin perder eficacia. La insulina inhalada se absorbe en pocos minutos (pico en ~12 min), con una duración corta (~2-3 h), más rápida incluso que los análogos de insulina ultrarrápida como lispro o glulisina. Esto permite un mejor ajuste a la glucemia postprandial y reduce el riesgo de hipoglucemias tardías.

Uso práctico y posología
La insulina inhalada se presenta en cartuchos precargados de polvo seco (4, 8 y 12 U) que se insertan en un inhalador de bolsillo. La equivalencia en efecto hipoglucemiante con las insulinas subcutáneas no es exactamente 1:1, pero el fabricante las ha calibrado de modo que esas unidades inhaladas resulten clínicamente similares a las unidades internacionales de insulina rápida inyectada, facilitando el ajuste por parte del profesional. La persona con diabetes debe inhalar de forma profunda y sostenida al inicio de las comidas. Si la glucemia sigue alta tras 1–2 horas, puede repetirse la dosis.
- Indicaciones: insulina prandial en combinación con basal, tanto en diabetes tipo 1 como tipo 2.
- Contraindicaciones: enfermedades pulmonares (EPOC, asma), fumadores activos. Se requiere espirometría basal (una prueba que controla la función respiratoria y la capacidad pulmonar) y seguimiento pulmonar periódico.
- Conservación: los cartuchos se refrigeran antes de abrirlos; una vez abiertos, duran 10 días si se mantienen en blíster, o 3 días fuera de él.
El procedimiento de administración consiste en introducir el cartucho en el inhalador, cerrar bien el dispositivo y, antes de inhalar, expulsar completamente el aire de los pulmones (exhalación profunda lejos del dispositivo). A continuación, se coloca el inhalador en la boca y se inhala profunda y sostenidamente el polvo, intentando llevar el aire hasta la parte baja de los pulmones. Tras inhalar, hay que contener la respiración unos segundos para dar tiempo a que la insulina se deposite en los alvéolos. Luego se retira el inhalador y se exhala con normalidad. Es importante no soplar dentro del inhalador ni exhalar antes de retirarlo, para no humedecer el polvo restante. Cada cartucho es de un solo uso (descartable tras inhalar su contenido).

Beneficios y limitaciones
Ventajas:
- Inicio de acción muy rápido (7–15 min).
- No requiere agujas, lo que mejora la adherencia y calidad de vida.
- Permite mayor flexibilidad horaria en la administración.
- Puede reducir el aumento de peso y el riesgo de hipoglucemias tardías.
Limitaciones:
- Tos leve transitoria en algunos pacientes.
- Necesidad de control respiratorio y espirometría.
- No apta para todos los perfiles clínicos.
- No disponible en Europa: solo comercializada en EE.UU., Brasil y pocos países más.
Estado actual y perspectivas en España
A fecha de hoy la terapia con insulina inhalada no forma parte de la cartera de medicamentos comercializados ni financiados en España. Las personas con diabetes que podrían beneficiarse (por ejemplo, con fobia a agujas) deben continuar utilizando insulinas rápidas inyectables, a la espera de que en el futuro se disponga de esta opción. Cabe señalar que sociedades científicas y organismos como la Asociación Americana de Diabetes (ADA) en EEUU sí la han incorporado en sus guías como alternativa en casos seleccionados, pero en nuestro entorno todavía no se cuenta con ella. Esto podría cambiar en el futuro si nuevas evidencias demuestran su seguridad y coste-beneficio, allanando el camino para su aprobación regulatoria en la Unión Europea. Las causas de que la insulina inhalada no esté aprobada por la EMA incluyen:
- Escasa experiencia clínica en Europa.
- Necesidad de estudios a largo plazo sobre seguridad pulmonar.
- Falta de socios estratégicos para su comercialización en el entorno europeo.
Futuro de la insulina inhalada
La insulina inhalada no pretende sustituir a la insulina inyectable, sino complementarla en casos seleccionados: pacientes con fobia a las agujas, con rutinas alimentarias impredecibles, o que priorizan comodidad y rapidez de acción.
Los retos futuros incluyen:
- Generar más evidencia clínica y farmacoeconómica.
- Optimizar dispositivos aún más simples y asequibles.
- Ampliar indicaciones y mejorar la estabilidad de las formulaciones.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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